Las papas fritas son crujíenles, sabrosas, un puntito saladas... Son la guarnición preferida de los españoles. Sin embargo, también es cierta su fama de calóricas. ¿Debes renunciar por ello al placer de degustarlas?
No, si las cocinas con el aceite adecuado y de la forma correcta para que no absorban tanta grasa y las tomas en cantidades moderadas. Además, darte de vez en cuando este capricho es un estímulo en tu dieta y rompe la monotonía.
Las papas fritas pueden ser saludables
Las patatas fritas proporcionan de 500 a 600 kcal por cada 100 g, frente a las 100 kcal si las tomas hervidas. La razón es que este tubérculo contiene almidón, sustancia que absorbe mucho líquido. ¿Qué pasa cuando las fríes? Pues que se evapora el agua de la patata y se impregna de aceite. Pero este plato también aporta ventajas:
Grasas buenas.
Si las cocinas con aceite de oliva o de semillas (girasol, maíz...) sumas energía y, a la vez, ácidos grasos insaturados, lo cual ayuda a controlar el colesterol.
Más vitamina C.
Aparte de féculas y proteínas, las patatas contienen vitamina C, nutriente que se conserva mejor si se fríen que si se hierven.
Más saciantes.
Hervidas tienen un índice glucémico muy alto. Eso significa que su glucosa llega rápido a la sangre, haciendo que la sensación de hambre aparezca al poco tiempo. Al freirías, la absorción de glucosa es más lenta y, por tanto, sacian más.
Como reducir calorías en las papas fritas
Consumidas en pequeñas cantidades y acompañadas de un plato ligero, no hay poiqué negarse este capricho una o dos veces a la semana, a no ser que se sufra sobrepeso u obesidad. Para reducir sus calorías se pueden pasar por la sartén con un poco de aceite y después acabarlas de cocinar en el horno; o al revés, cocinarlas en el horno o en el microondas y saltearlarlas antes de servir.
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